El informe de la FAO sobre el concepto “One Health” destaca la interconexión entre la salud humana, animal y ambiental y propone una estrategia integrada para enfrentar los desafíos en estos tres ámbitos, particularmente en contextos de desarrollo agrícola y seguridad alimentaria. En un mundo globalizado donde enfermedades zoonóticas como la COVID-19 resaltan la vulnerabilidad de los sistemas sanitarios ante problemas transversales, el enfoque One Health se posiciona como una solución clave.
El principio de One Health establece que las condiciones ambientales degradadas, el cambio climático, la intensificación agrícola y la expansión urbana son factores que promueven la emergencia y transmisión de enfermedades infecciosas. A través de una gestión integrada de los ecosistemas y un trabajo coordinado entre sectores como la sanidad humana, animal y el medio ambiente, One Health busca prevenir y mitigar estos riesgos de salud pública y preservar la biodiversidad.
La FAO propone fortalecer este enfoque mediante políticas que favorezcan la producción alimentaria sostenible y respetuosa con los ecosistemas, reducir la propagación de enfermedades zoonóticas y antimicrobianas y mejorar la resiliencia de los sistemas agrícolas. Además, One Health implica la cooperación entre múltiples actores, incluyendo gobiernos, ONG, científicos y comunidades locales, para abordar factores sociales y económicos subyacentes.
En conclusión, el enfoque One Health de la FAO busca una acción integrada que promueva la salud global mediante la preservación de la naturaleza y la sostenibilidad de los sistemas productivos. Este enfoque no solo es crucial para prevenir futuras pandemias, sino también para enfrentar los desafíos globales de seguridad alimentaria y cambio climático.
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