Como es tradicional en verano con la llegada de las vacaciones, aprovechamos el buen tiempo para realizar comidas, barbacoas al aire libre o elaborar alimentos con cierta antelación para no cocinar cada día. Por ello, es importante poner en práctica ciertas recomendaciones de seguridad alimentaria para protegerse contra las enfermedades transmitidas por los alimentos.
Los veterinarios, como profesionales especialistas en seguridad alimentaria, os aconsejamos seguir estas pautas para garantizar que los alimentos que no hemos consumido, o que hemos elaborado con antelación, puedan conservarse y consumirse más adelante y sigan siendo seguros:
- La regla de las dos horas: Refrigera todos los artículos perecederos antes de las dos horas posteriores a haberlos cocinado o sacado del horno. Sin embargo, si la temperatura exterior supera los 32 º C, reduce el límite a una hora. Más allá de este período de tiempo, los alimentos perecederos ingresan a la Zona de peligro, entre 4 y 60 º C, donde las bacterias pueden multiplicarse rápidamente. Desecha cualquier alimento que haya quedado sin refrigeración durante más de dos horas para evitar enfermedades transmitidas por los alimentos.
- Opta por recipientes pequeños y poco profundos: úsalos cuando guardes comida, ya que esto facilita un enfriamiento más rápido, minimizando el tiempo de crecimiento bacteriano.
- Congela o consume dentro de los cuatro días siguientes: si planeas conservar las sobras o los alimentos cocinados durante un período prolongado, congélalas dentro de los cuatro días siguientes a su preparación y mejor si es inmediatamente. La congelación detiene el crecimiento de la mayoría de los microorganismos que infectan los alimentos, excepto algunas que son resistentes como listeria y hepatitis A. Hay que tener en cuenta que la calidad, no la seguridad alimentaria, de los alimentos congelados puede disminuir con el tiempo por lo que es mejor consumirlos de dos a seis meses para obtener un sabor y una textura óptimos. Al recalentar, asegúrate de que se alcanza una temperatura interna de 74 º C para eliminar cualquier bacteria potencial.
- Cuando recalientes las sobras o comidas preparadas refrigeradas, sigue estas pautas para garantizar la seguridad alimentaria:
- Recalentamiento en microondas: cubre y coloca los alimentos de forma que se calienten uniformemente en el microondas. Coloca los alimentos de manera uniforme en un plato de vidrio o cerámica apto para microondas cubierto y agrega líquido si es necesario. Dado que los microondas tienen puntos fríos, usa un termómetro para alimentos para verificar la temperatura interna en varios lugares después de dejar reposar los alimentos.
- Recalentamiento de salsas, sopas y caldos: Lleva a ebullición las salsas, sopas y caldos cuando los recalientes para asegurarte de que toda la mezcla alcanza una temperatura segura.
- Evita las ollas de cocción lenta para recalentar: no son adecuadas para recalentar las sobras. En su lugar, utiliza microondas o recalentamiento en el horno, asegurándote de que la comida alcance la temperatura interna recomendada de 74º C
Siguiendo estas pautas para el almacenamiento, recalentamiento y cocción adecuados de los alimentos, puedes garantizar la seguridad de las sobras de tus comidas o de los alimentos preparados con antelación y protegerte a ti mismo y a tus seres queridos de posibles enfermedades transmitidas por los alimentos.
Recuerda, los veterinarios trabajamos por la seguridad alimentaria,
Fuente principal: Food Safety News (FSN)